Robótica, inteligencia artificial, realidad aumentada, big data, nanotecnología, impresión 3D, biología sintética y el llamado internet de las cosas, donde cada vez más dispositivos, equipos y objetos están conectados entre sí a través de internet. Parece la sinopsis de una película de ficción futurista, pero es la realidad del conjunto de tecnologías, ya presentes en el mercado, que están transformando la forma en que trabajamos y pensamos sobre la innovación.
Ante tantas novedades, la agilidad y la creatividad son valores esenciales para las empresas que necesitan seguir siendo competitivas en un mercado acelerado y disruptivo. Con este fin, muchas organizaciones han centrado su atención en la cultura de la innovación. Muchos todavía creen que una empresa innovadora es aquella que tiene ambientes coloridos, salas de juegos y empleados con peinados y ropa excéntrica, ¿Puede ser? Por supuesto, pero es mucho más que eso y es importante que usted, como profesional, esté preparado para la dualidad de este escenario.
Innumerables encuestas de comportamiento dentro de las empresas han revelado cuánto necesitan y esperan los empleados más entornos de colaboración, abiertos a errores, con menos centralización del poder y más flexibilidad. En el otro extremo, frente a este nuevo escenario tecnológico, las empresas necesitan empleados más creativos, intraemprendedores y proactivos. En otras palabras, ambas partes necesitan y quieren cambios. Pero cada nuevo paso tiene una consecuencia, o en este caso, nuevas responsabilidades. Entender:
Cuando los profesionales piden una cultura organizacional más colaborativa y menos centralizada, se entiende que buscan la libertad creativa.
De hecho, debe haber más y más espacio para nuevas ideas y experimentos. Sin embargo, la libertad está intrínsecamente vinculada a la responsabilidad.
Cuando ejecuta un proyecto innovador y no funciona, ¿quién paga esa factura? Y, dentro del colectivo, si puede cometer errores al usar el dinero de la compañía, sus compañeros de trabajo también pueden tener la misma oportunidad y, entonces, ¿cómo mantener la compañía económicamente saludable? Cada nuevo proyecto debe basarse en una gran cantidad de pensamiento crítico, una de las habilidades del futuro, y permeado por una gran responsabilidad y compromiso.
También se les pide a las empresas que no castiguen los errores. Esto es importante para crear un ambiente de confianza, que colabore, y mucho, con la creatividad. Pero, debe quedar claro que un error es productivo solo cuando es posible aprender de él y con ese aprendizaje llegar a la solución correcta.
Por lo tanto, es importante tener claro que la libertad creativa no es un juego y no debe ser impulsada por deseos impulsivos.
Para esto, el profesional necesita seguir aprendiendo continuamente y tener un “sentido de propiedad” de la empresa, llamado perfil intraemprendedor. Teniendo en cuenta que el éxito de la compañía influye en la contratación de nuevos empleados que mueven la economía global y, sabiendo eso, lo contrario impacta en los despidos. Por lo tanto, para ser creativo debe existir esta sensación de colectivo, sabiendo que sus ideas y su éxito o fracaso pueden afectar a toda la empresa.
Otro punto muy solicitado por los profesionales es la descentralización del poder, solicitado por entornos más horizontales. Nuevamente, la responsabilidad personal es la base del éxito. ¿Estás preparado para mantener la calidad de tus entregas sin que un gerente te cobre en todo momento? ¿Cuánto permanece estimulado y comprometido con su desarrollo profesional y los resultados de la organización?
Para vivir en un entorno más nivelado, tendrá que ser su propio gerente en muchas ocasiones y esto requiere mucha disciplina, confianza y un ojo atento a las necesidades de la empresa.
Y, por último, la humanización, la empatía y la diversidad se han mencionado con frecuencia en las necesidades de los empleados. Soy un súper defensor de estos problemas, pero también trae sus trampas. Los empleados quieren entornos donde puedan expresarse y expresar sus opiniones. Todos quieren hablar y ser escuchados, es nuestro derecho.
¿Pero qué hay de escuchar? ¿Puedes manejar la apertura tan fácilmente como puedes cuando te expresas? Aquí la autogestión emocional es el secreto.
Comprender que llevar los comentarios feedback a lo personal es una garantía segura de hacer que este modelo de comportamiento dentro de las empresas salga muy mal. El autoconocimiento y el desarrollo de la inteligencia emocional son esenciales para poder vivir esta nueva cultura.
Además, ¡paciencia! Todos tendremos que ser muy pacientes con este período de transición. Para las empresas que están remodelando, todo es nuevo, ocurrirán errores y éxitos y los empleados deben comprender que estamos en transición y, por supuesto, dar sus comentarios y ayudar a construir modelos que satisfagan todas las necesidades. Pero lleva tiempo y tendremos que descubrir juntos, empresas y profesionales, cuáles son las mejores prácticas dentro de cada empresa.
Sofia Esteves,Presidente Grupo Cia de Talento.
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